en que en un día de Marzo te me fuiste,
en que volteaste el vaso ya vacío
y a la muerte celosa te rendiste.
¿Recuerdas la alegría abandonada,
bailando merengue sin parar
a la luz de la luna enamorada
bajo palmas volteadas hacia el mar?
Recuerdos de faldas dando viento
y piernas girando sin cesar…
La eterna juventud de ese momento
regresa como el viento…como el mar.
Extraño besos robados tras columnas,
suspiros de las ninfas en nuestros brazos,
el tierno juego de hadas nocturnas
en la cuna sutil de los abrazos.
Ay, amigo, que te hablo, escucha…
Que tengo que decirte tantas cosas,
que aun tengo en mí algo de lucha
y siguen abriendo en mí las rosas.
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